viernes, 5 de diciembre de 2014

Entrevista de Martín Butera a Fernando Peralta

Periodista: Martín Butera
Cámara: Mark Van Marx

Por Carlos A. Ilardo 
Para LA NACION

RETO AL DESTINO

En 2001 se sumó a una aventura juvenil con un viaje a España; trocó balances por gambitos, logró el título de gran maestro y abandonó la facultad. Vive en Barcelona contratado por un club catalán

Esta historia con origen en la diáspora que afectó al país a comienzos del milenio sabe de sinsabores y cree en las utopías; la aventura juvenil que desafió el destino atesora un final feliz para el ajedrecista Fernando Peralta. 

Hace algo más de una década que el hogar de los Peralta, en Lomas de Zamora, quedó limitado de afectos; la repentina muerte de mamá Elena obligó a papá Horacio -un empleado ferroviario-, a volcar todo el esfuerzo en la crianza de sus dos hijos, María Celeste, la que se aferró a los estudios y se recibió de psicóloga, y de Fernando, el que trocó contabilidad y balances por gambitos y enroques. 

"En 2001,, cuando cursaba el 3er. año en Ciencias Económicas, las cosas no estaban bien en el país y pensé en buscar un nuevo destino. Una noche en Zárate con unos amigos planeamos un viaje a España; si bien era maestro internacional y había conquistado los campeonatos argentinos Sub 14, 18 y 20, pensábamos que podíamos sobrevivir jugando torneos. Hoy el recuerdo me parece toda una locura", afirma Fernando Peralta, de 26 años, el gran maestro N° 21 en el historial del país y el último en alcanzar ese título. 

Fernando, junto a sus amigos Lucas Moreda y Marcelo Ripari, ajedrecistas y teóricos para la aventura como él, llegaron a principios de 2001 a España casi sin ablande, con un puñado de dólares, fruto de años de privaciones y con la ilusión de jugar y ganar dinero con el ajedrez, pero fallaron en el cálculo; en esa época del año no había torneos abiertos en toda España. 

Con los rostros labrados por la impotencia y la desesperación buscaron un nuevo destino. 

"No sabíamos qué hacer; nos habíamos despedido de tantos amigos y familiares que no podíamos regresar tan rápido", relata el 5o. maestro del ranking argentino. "Cuando nos enteramos que en 48 horas comenzaba un torneo abierto en Nova Gorica, en Eslovenia, ni lo dudamos: nos fuimos de raje para allá", recuerda. 

-¿Y cómo les fue? 

-Hicimos cálculos y descubrimos que nos quedaba plata sólo para diez días. Estábamos obligados a ganar algo, afortunadamente tuve una buena actuación y con lo que cobramos continuamos con la aventura. 

Con los bolsillos aún enjutos, el trío argentino fue en busca de nuevos horizontes; dormimos en estaciones de trenes y tuvimos limitaciones a la hora de comer. 

Con otra buena labor frente al tablero en Saint Vincent, en Italia, que incluyó victorias y empates ante el ucranio Beliavsky y los rusos Ephisin y Romanishin, le quitó presión a las necesidades; su juego ganó en confianza y la gira se extendió por Clermond Ferrand (Francia) y Málaga (España). 

"Cuando regresamos a España habían pasado cuatro meses de nuestra llegada; Marcelo y Lucas se volvieron de inmediato; en cambio yo me quedé, sabía bien lo que quería", dice el joven Peralta, que no confundió su sueño del ajedrez cuando abandonó sus estudios universitarios para dedicarse a descifrar los acertijos del juego ciencia. 

- Cómo finalizó la historia? 

- Regresé al país, en 2002, jugué el campeonato argentino y perdí la final con Felgaer. Después viajamos juntos a Europa y jugamos en Polonia, Dinamarca, Inglaterra y España. El sumó buenos resultados; a mí lo mejor que me pasó fue que me contrataron en el Club Cerdanyola, en Barcelona; me dieron trabajo y residencia. Además, obtuve el título de gran maestro y eso me motivó aún más. Hace tres años que vivo allá, algo lejos de mis afectos y recuerdos, pero disfruto por hacer lo que más me gusta. 

Tuvo un ritmo de 120 partidas por año, cosechó victorias y subió en el ranking en 2005. La estabilidad económica y emocional trajo las conquistas de Andorra, Isla de Palma y Puerto de Palmas; toda una hazaña. En marzo regresará a la Argentina por una asignatura pendiente: el campeonato argentino. 

Seguramente su reencuentro con la actividad en el país sea el mejor final para la historia de esfuerzo de Fernando Peralta, aunque a veces el precio se pague entre nostalgias y soledades. 

Ficha personal 

Fecha y lugar de nacimiento: 

16 de diciembre de 1979, en Lomas de Zamora. 

Su familia: 

Horacio (papá), María Celeste (hermana). 

Trayectoria: 

Aprendió a jugar a los 8 años y a los 11 ingresó en el Club Montegrande. 

Principales logros: 

Campeón argentino Sub 14, 18 y 20; Campeón Panamericano en 1997/98/99. Gran Maestro a los 25 años.